lunes, 28 de mayo de 2012

¡DE REGRESO A LA PATRIA BOBA!


Canalla y miserable, el atentado criminal contra el Dr. Fernando Londoño por parte de los asesinos narcoterroristas de las Farc. y sus apoyadores, encabezados por algunos políticos de “izquierda”, las altas cortes y el tirano venezolano, de quien dijo Santos que era “factor de estabilidad para América Latina”. Un atentado que dejó dos familias inocentes enlutadas, otras sumidas en el caos y el dolor, y muchas más enfrentando cuantiosas pérdidas y daños en sus bienes.
Como se veía venir, el país retrocede aceleradamente a los tiempos de violencia desenfrenada y atroz de los años 1999 a 2002, pero ahora propiciado de manera directa por la débil autoridad del gobierno, sus claros devaneos con los enemigos de la Nación y la desafiante complicidad de la Fiscalía, C. S. J, reconocidos seudos-políticos y de países vecinos.
Disentir del pensamiento, políticas o la gestión del gobierno, organismos de justicia, políticos desvergonzados y de los bandidos que violentan al país, es colgarse una lápida en el cuello y vivir con la incertidumbre de no saber en qué momento puede ser asesinado por los grupos políticos o delicunciales con los que no se está de acuerdo.  
Es una vergüenza que las palabras disidentes sean combatidas con bombas, disparos, desapariciones y destrucción. El hecho de pensar diferente se ha convertido en una actividad altamente peligrosa.
Ante las manifestaciones terroristas recientes, el gobierno del camaleónico Juanma, responde melifluamente  con el proyecto de ley “Marco para la Paz” del que Roy Barrera es el proponente, y al que por razones o intenciones  desconocidas, el honorable congresista se ha entregado a defender con alma y vida, en contravía del querer ciudadano que piensa que este proyecto es una traición a la patria y un atentado a  la democracia e institucionalidad nacional. Este miserable proyecto da vía libre para que los cabecillas de las Farc puedan insertarse impunemente al seno de la sociedad colombiana, como actores políticos con todos los derechos que ahora, ellos mismos, están pisoteado, violando y cercenando a la población más humilde y desamparada. Todos queremos la paz. ¡Claro que la queremos!, pero no a cambio de arrodillarnos, sometiendo la república al torvo querer de los narcoterroristas de las Farc.
Si el Sr. Santos quiere un proceso de paz, arrancó muy mal, porque con su proyecto está cediendo una enorme cantidad de beneficios a los bandoleros, sin una negociación a la vista del pueblo. Da mucho que pensar esta torpe  actuación del gobierno Santista, especialmente cuando los inefables Iván Cepeda, Piedad Córdoba y Antonio Navarro, salieron hace poco a pedir que se haga un despeje en una región del Cauca para un presunto diálogo con la subversión. No podemos olvidar que el despeje del Caguán, donde el Sr. Pastrana hizo el ridículo esperando al anciano criminal Tirofijo, no fue idea del mal recordado personaje, sino que salió de la mente y el querer del Sr. Juan Manuel Santos, el hoy presidente para desgracia de nuestro sufrid país. Por ello son muy sospechosas las maniobras y declaraciones presidenciales frente al accionar de la guerrilla, al extremo de manifestar que no existen pruebas que demuestren que los últimos atentados terroristas en Bogotá, Sandoná, Tuquerres, Cali, Majayura, Apure, Arauca, Aquitania, etc., sean atribuibles a las Farc. Según su retorcida apreciación son actos cometidos por la “Extrema Derecha” (¿…?) por intermedios de las Bacrim. ¡Semejante despropósito! Pero para redondear esta irresponsable respuesta gubernamental a los miserables atentados, el ingenuo e inepto Ministro de Defensa declaró que esos ataques no tienen ninguna importancia, porque sólo se han dado en zonas que representan el 1% de los habitantes . ¡Para el gobierno nacional, los colombianos muertos y heridos por las bombas y las armas del terrorismo, no tienen importancia alguna!…¡Es el colmo de la desfachatez y el desprecio!
Muy grave y sumamente peligroso para la democracia colombiana es éste malhado proyecto de “Marco para las Farc” (que no para la paz!), que ingenuamente creen los Congresistas nos conducirá a la paz y al desarme de la guerrilla.
¡Estamos de regreso a la Patria Boba!...  pero ahora guiados por la estupidez de nuestro mandatario y la sangrienta voracidad de los conocidos enemigos de la Nación.
Jayne El Villatero