En Irán, el presidente Ahmadineyad
enriquece aceleradamente el Uranio para producir la bomba atómica que lanzará, probablemente
sobre Israel. Aquí en Colombia el gobierno central enriquece el problema de
pensión, cuyo fin último será sin duda alguna, la producción de una bomba pensional
que al estallar
causará un daño catastrófico a la economía nacional y llevará al país a un
colapso total.
En el 2010 el Estado asumió el déficit por cuantía de $27
billones que tiene el sistema pensional en cabeza del ISS, por el pago a
1.600.000 de pensionados aproximadamente. Actualmente en Colombia existen por cada pensionado, 3 cotizantes, cuyos
aportes no alcanzan a cubrir la mesada más los correspondientes costos de
manejo. Esta situación no era visible al inicio del sistema, pero al madurar éste
y aumentar el número de afiliados que recibieron su pensión, se hizo evidente
que los recursos que provienen de los cotizantes son extremadamente inferiores
respecto al valor a pagar por conceptos de mesadas y costos administrativos del
sistema. De allí que el estado debe asumir el gigantesco desfase financiero que
crece año por año y que en poco tiempo será inmanejable.
Es claro totalmente, que ningún pensionado - entre los
que me cuento – pagó lo suficiente, es decir, no hizo el ahorro necesario para
recibir los pagos que hoy disfrutan; de manera particular miembros del
gobierno, congresistas, magistrados de las altas cortes, antiguos empleados de
Telecom y Colpuertos entre otros.
La situación en 3 o 4 años empeorará gravemente,
especialmente cuando comiencen a crecer significativamente las personas listas para optar a una pensión
en los Fondos Privados, y descubran alarmados que sus ahorros en dichos fondos,
escasamente le servirán para una mesada entre el 40% y el 50% de la cotización
mensual. Esto generará una gran desbandada de afiliados de los fondos hacia el
ISS (Colpensiones a partir del 2 de Abril de
2012) que les garantizará el 70%.
Para variar, el rústico y simpático Vicepresidente le
colocó un moño a la ya dramático problema, que tal vez por ignorancia o
descarado populismo, salió a decir que el gobierno presentará una reforma que
permitirá pensionar a todos los ancianos colombianos que no hayan podido o no puedan acceder a una
pensión digna, sin afectar las condiciones y requisitos actuales del sistema.
¡Hoy, solamente hoy, existen algo más de 2.400.000 de ancianos en estas condiciones,
que provocarían un crecimiento del 150%
del déficit!... Como decimos en la Costa Caribe: ¡¡ Cójeme ese trompo
zarandete… en una uña!!... ó como dice mi sobrino: ¡¡Eeerrrdaa… que agua tan
fría, loco!!
Tengo la impresión
que semejante despropósito dejó turulatos a las integrantes de la
camaleónica corte del gobierno, porque absolutamente nadie ha pronunciado una
palabra por las declaraciones del Señor Garzón.
Estoy de acuerdo en que el Gobierno Nacional tiene el
deber y la obligación de presentar una
reforma al sistema pensional, para evitar la ruina, la quiebra total de la
nación. Esta reforma debe tocar los sensibles temas de la edad y del tiempo de
cotización, pero también el monto del aporte individual y empresarial; todos
insuficientes para cubrir los monstruoso requerimientos futuros del sistema. De
igual forma se deben acabar de una vez por todas, con los regímenes especiales,
y con las absurdas y altísimas pensiones de algunos cacaos del poder judicial y
legislativo logradas con sucias maniobras. También se hace necesario gravar
fuertemente las pensiones superiores a 10 salarios mínimos legales, hoy libres
de impuestos sin razón alguna.
Es lógico suponer que una reforma de este tenor tendrá un
alto costo político para Juanma y su séquito, pero sería la salvación económica
del país. Estos son los retos que muestran la casta, la estirpe, el temple de
un verdadero gobernante, y aquí el Señor Santos tiene una oportunidad dorada
para entrar a la Historia de Colombia, no como un presidente más, sino como un
Héroe de la Patria que depone sus particulares intereses frente al bien
nacional.
¡Amanecerá y veremos, dijo el ciego!
Jayne el Villatero
1 comentario:
Buena descripción tío, de acuerdo con acabar con los privilegios pensionales que han averiado el sistema, pero pienso que la salida no es ponerle más cargas al trabajador colombiano sino más bien reestructurar el sistema laboral, desmontar ese tipo de contratación por prestación de servicios perversa, obligando a que no se acumulen utilidades en perjuicio del futuro de los pensionados, también se podría enseñarle a los trabajadores a ahorrar e invertir para captar más recursos de los mercados financieros. En últimas un país con soberanía monetaria no debería preocuparse tanto por un déficit presupuestal (porque pueden emitir dinero para cubrirlo) sino por solucionar las causas que lo originan.
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