Canalla y miserable, el atentado criminal contra el Dr. Fernando
Londoño por parte de los asesinos narcoterroristas de las Farc. y sus
apoyadores, encabezados por algunos políticos de “izquierda”, las altas cortes
y el tirano venezolano, de quien dijo Santos que era “factor de estabilidad
para América Latina”. Un atentado que dejó dos familias inocentes enlutadas,
otras sumidas en el caos y el dolor, y muchas más enfrentando cuantiosas
pérdidas y daños en sus bienes.
Como se veía venir, el país retrocede aceleradamente a los tiempos de
violencia desenfrenada y atroz de los años 1999 a 2002, pero ahora propiciado
de manera directa por la débil autoridad del gobierno, sus claros devaneos con
los enemigos de la Nación y la desafiante complicidad de la Fiscalía, C. S. J,
reconocidos seudos-políticos y de países vecinos.
Disentir del pensamiento, políticas o la gestión del gobierno,
organismos de justicia, políticos desvergonzados y de los bandidos que
violentan al país, es colgarse una lápida en el cuello y vivir con la
incertidumbre de no saber en qué momento puede ser asesinado por los grupos
políticos o delicunciales con los que no se está de acuerdo.
Es una vergüenza que las palabras disidentes sean combatidas con
bombas, disparos, desapariciones y destrucción. El hecho de pensar diferente se
ha convertido en una actividad altamente peligrosa.
Ante las manifestaciones terroristas recientes, el gobierno del
camaleónico Juanma, responde melifluamente
con el proyecto de ley “Marco para la Paz” del que Roy Barrera es el
proponente, y al que por razones o intenciones
desconocidas, el honorable congresista se ha entregado a defender con
alma y vida, en contravía del querer ciudadano que piensa que este proyecto es
una traición a la patria y un atentado a
la democracia e institucionalidad nacional. Este miserable proyecto da
vía libre para que los cabecillas de las Farc puedan insertarse impunemente al
seno de la sociedad colombiana, como actores políticos con todos los derechos
que ahora, ellos mismos, están pisoteado, violando y cercenando a la población
más humilde y desamparada. Todos queremos la paz. ¡Claro que la queremos!, pero
no a cambio de arrodillarnos, sometiendo la república al torvo querer de los
narcoterroristas de las Farc.
Si el Sr. Santos quiere un proceso de paz, arrancó muy mal, porque con
su proyecto está cediendo una enorme cantidad de beneficios a los bandoleros,
sin una negociación a la vista del pueblo. Da mucho que pensar esta torpe actuación del gobierno Santista, especialmente
cuando los inefables Iván Cepeda, Piedad Córdoba y Antonio Navarro, salieron
hace poco a pedir que se haga un despeje en una región del Cauca para un
presunto diálogo con la subversión. No podemos olvidar que el despeje del
Caguán, donde el Sr. Pastrana hizo el ridículo esperando al anciano criminal
Tirofijo, no fue idea del mal recordado personaje, sino que salió de la mente y
el querer del Sr. Juan Manuel Santos, el hoy presidente para desgracia de
nuestro sufrid país. Por ello son muy sospechosas las maniobras y declaraciones
presidenciales frente al accionar de la guerrilla, al extremo de manifestar que
no existen pruebas que demuestren que los últimos atentados terroristas en
Bogotá, Sandoná, Tuquerres, Cali, Majayura, Apure, Arauca, Aquitania, etc.,
sean atribuibles a las Farc. Según su retorcida apreciación son actos cometidos
por la “Extrema Derecha” (¿…?) por intermedios de las Bacrim. ¡Semejante
despropósito! Pero para redondear esta irresponsable respuesta gubernamental a
los miserables atentados, el ingenuo e inepto Ministro de Defensa declaró que
esos ataques no tienen ninguna importancia, porque sólo se han dado en zonas
que representan el 1% de los habitantes . ¡Para el gobierno nacional, los
colombianos muertos y heridos por las bombas y las armas del terrorismo, no
tienen importancia alguna!…¡Es el colmo de la desfachatez y el desprecio!
Muy grave y sumamente peligroso para la democracia colombiana es éste
malhado proyecto de “Marco para las Farc” (que no para la paz!), que
ingenuamente creen los Congresistas nos conducirá a la paz y al desarme de la
guerrilla.
¡Estamos de regreso a la Patria Boba!... pero ahora guiados por la estupidez de
nuestro mandatario y la sangrienta voracidad de los conocidos enemigos de la
Nación.
Jayne El Villatero
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