El Tribunal Superior de Bogotá en su oscura y sospechosa
sabiduría, falló en el caso de la toma del Palacio de Justicia por el M-19 en
el sentido de que, palabras más palabras menos, el Ejercito Nacional de
Colombia debe pedir perdón en la Plaza de Bolivar por la liberación del Palacio
que habían tomado a sangre y fuego la delincuencia guerrillera con apoyo del
tristemente célebre Pablo Escobar, amo y señor del narcotráfico en América. Así
mismo dicho tribunal confirmó la absurda y canalla condena a 30 años de prisión
al Coronel Plazas, uno de los héroes de la liberación, por salvar la vida a centenares de compatriotas y devolver la
gobernabilidad a la nación. Como remate de lujo a su decisión los “honorables
magistrados” pidieron que el Ex Presidente Belisario Betancourt fuera
investigado por la Corte Penal Internacional, ignorando que el convenio de
sometimiento a esta Corte se realizó en el año 2002, y que por tanto dicho
organismo no tiene competencia sobre situaciones anteriores a dicha fecha.
En lo referente a la petición de perdón por parte del
Ejército, lo que en realidad quieren
estos “guardas de la justicia” es que nuestras gloriosas Fuerzas Militares se
arrodillen ante el M-19, que nuevamente se toman a Bogotá, pero ahora desde la
Alcaldía Mayor; que se humillen ante esos mismos que destruyeron el Palacio de
Justicia, asesinaron a mansalva a los magistrados de la Corte Suprema, a inocentes
ciudadanos y miembros del Ejército.
Todos sabemos qué clase de personas integran hoy por hoy
a las altas Cortes, Tribunales y Juzgados en general. Conocemos sus oscuros
intereses, sus inclinaciones políticas e ideológicas; por ello no podemos
aceptar la infame sentencia del Tribunal, que no sólo condena sin prueba alguna
al Coronel Plazas, sino al Ejercito Nacional y al mismo Estado. Para ellos, las
Fuerzas Militares son toda una Empresa Criminal; el Coronel Plazas es un asesino,
por ayudar a liberar a los secuestrados en el Palacio de Justicia, y el Estado
es cómplice de este delito, porque el Presidente Betancourt ordenó al Ejército
rescatar a nuestra justicia y defender la institucionalidad sometida por la
irracional delincuencia narcoterrorista.
Este fallo es el desquite de la extrema izquierda, que
ante la fallida acción de esos nefastos
6 y 7 de Noviembre, la emprendió contra el Coronel Plazas y el Ejército en
general, por medio del Dr. Poveda Perdomo (hombre de confianza del Dr. Yesid
Ramirez de reconocidos vínculos con el narcotráfico), militante activo del Polo
Democrático (M-19 y Partido Comunista Colombiano) en el Departamento del Huila,
donde aspiro a los primeros cargos de la región. ¡¡Blanco o rosado y ovalado la
gallina lo pone!!
Finalmente, me llama dolorosamente la atención y me
preocupa el “estruendoso” silencio del Ministerio de Defensa y de los altos
mandos militares ante la miserable sentencia del Tribunal Superior de Bogotá.
¿Será que tienen miedo a manifestarse?... ¡Hombre, compren un Dóberman!... ó…
¿Será que recibieron órdenes del Presidente Camaleón de guardar silencio?...
¡Si eso es así, nos confirma la deficiencia gonádica severa que sufre
nuestro (¿…?) primer mandatario!
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